El Señor del otro mundo

Un día, mientras cazaba, Pwll, príncipe de Dyfed, ofendió a Arawn, rey del otro mundo, apartando a sus sabuesos de un venado que habían capturado. Para hacer las paces aceptó una propuesta.
Había un rey vecino llamado Hafgan que siempre amenazaba el reino de Arawn. Éste pidió a Pwll que adoptara su aspecto y que pasara en su lugar un año en el otro mundo. Al cabo de este tiempo tenía que matar a Hafgan.
Pwll estaba dispuesto a ello, pero le preocupaba lo que sucediera en sus tierras durante su ausencia. Arawn ya había pensado en esto: adoptaría el aspecto de Pwll y ocuparía su puesto en Dyfed. Esto satisfizo a Pwll e intercambiaron su apariencia. Pero antes de partir Arawn avisó a Pwll de que si Hafgan era herido por segunda vez tras recibir una herida mortal, volvería a la vida. Pwll se comportó honrosamente y, aunque la esposa de Arawn creyó que era su marido, no yació con ella ni una vez. Al cabo de un año mató a Hafgan con una única flecha y volvió a su país, comprobando que su reino había estado en buenas manos. Cuando contó a su pueblo lo sucedido le dieron el título de Señor del otro mundo.

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