Branwen, hija de Llyr

Branwen era hermana de Bran el Bendito de Gales. Para lograr la paz entre Gales e Irlanda fue desposada con el rey irlandés Matholwch. Pero su otro hermano, Efnisien, se opuso al matrimonio y ofendió a Matholwch cuando viajaba a Harlech para la boda mutilando a sus caballos tan gravemente que hubo que sacrificarlos.
Bran apaciguó a sus invitados con disculpas y regalos, el más precioso de los cuales era un caldero mágico de origen irlandés que podía devolver la vida a los guerreros muertos, si bien privados de la palabra.
Branwen fue llevada a Irlanda como esposa del rey Matholwch y durante algún tiempo vivieron felizmente. Pero el resentimiento del rey, alimentado por sus consejeros, creció hasta el punto de que empezó a culpar a su mujer. La confinó a las cocinas, donde era objeto a diario de los malos tratos de los criados, y tomó medidas para asegurarse de que Bran no la encontrara. Pero Branwen entrenó a su estornino para que llevara un mensaje a su hermano, quien respondió invadiendo Irlanda.
Bran, que era un gigante, vadeó el mar de Irlanda llevando sobre sus espaldas a su flota y a sus tañedores de arpa y laúd. Los irlandeses se retiraron al otro lado del río Shannon y destruyeron el puente. Pero el tamaño de Bran era tal que, formando un punte, logró que su ejército cruzara el río.
Para tranquilizar a Bran, Matholwch le dijo que cedía la corona al hijo que Branwen le había dado. Pero durante la investidura Efnisien se sintió desairado y lanzó al muchacho al fuego. La lucha se reanudó y los irlandeses, gracias al caldero mágico, llevaban las de ganar. Pero Efnisien destruyó el caldero e incluso a si mismo y los galeses vencieron dejando con vida sólo a siete hombres.
El propìo Bran fue mortalmente herido por un dardo mágico y ordenó que le taparan la cabeza y la llevaran al monte Blanco de Londres, donde había de ser enterrada mirando al este a fin de detener a los invasores. En su camino, los hombres que formaban la partida se quedaron siete años en Harlech. Visitaron el otro mundo de Gwales y pasaron ocho años en Pembroke. A todo esto, la cabeza seguía viva sin desfallecer; de hecho, era un magnifico compañero.
Al final se enterró la cabeza de Bran según sus propias instrucciones. En cuanto a Branwen, murió en Gales con el corazón destrozado lamentando que por su causa yacieran en ruinas dos grandes países.

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